marta Altieri
El adictivo cóctel cerebral del amor
El enamoramiento hace al cerebro segregar sustancias con efectos similares a las drogas
de Rosa M. Tristán (elmundo.es)
[…] Una vez encontrada la persona más atractiva, el sistema nervioso se pone en marcha y se produce una descarga de feniletilamina, un compuesto de la familia de las anfetaminas que desata la pasión. «Ella es la responsable de producir la excitación, la que hace que se produzca la dopamina, que es el neurotransmisor relacionado con el placer y la recompensa», comenta David Huertas, psiquiatra e investigador del Hospital de Guadalajara.
Huertas no duda de que en el futuro se fabricarán sustancias que favorezcan los enamoramientos con unas gotas de oxitocina (la hormona de la confianza y el apego), serotonina (que genera bienestar), dopamina y noradrenalina (que dilata las pupilas y acelera la tensión).
De ese cóctel explosivo es del que surge, según los últimos estudios, el enamoramiento y la adicción a esos arrebatos de los que no se libra ni Sarkozy, aunque su popularidad caiga en picado.
Otra hormona que está en activo es la testosterona. Se ha descubierto que la testosterona genera deseo sexual en las mujeres, en las que actúa como un afrodisíaco que se podría recibir de los besos de la pareja masculina.
Las resonancias magnéticas funcionales y la tomografías de positrones han ayudado mucho a conocer qué zonas del cerebro se encienden por amor. Según el equipo de Helen Fisher, son las áreas afectadas por la dopamina (que se produce en la zona tegmental ventral y se libera en el núcleo accumbens y la corteza frontal) las que se ponen al rojo vivo, así como el septum de las mujeres, una zona donde se sitúan las emociones, y la corteza visual en los hombres, donde se aprecia la belleza.
Los investigadores Samir Zeki y Andreas Bartels comprobaron que, además, se inhibe el córtex frontal, donde reside la racionalidad y el sentido crítico respecto a la pareja. Son las locuras del amor. […]